BUZÓN AL CIELO.EL MENSAJERO DEL CIELO.




(Ruth y Tamara Lorente Montalvà) 


Este es un recurso que llevé a cabo junto a mi hermana, después de experimentar la perdida de un ser querido. 


Hablarle a un niño sobre la muerte puede que sea uno de los momentos más difíciles en la vida. Lamentablemente, los niños también se enfrentan a la pérdida de un ser querido y deben pasar su propio duelo infantil donde el apoyo de los padres es clave para superar la muerte de sus abuelos o mascotas.
Cabe destacar que los niños pueden llegar a sentir lo mismo por la pérdida de un perrito que por una persona muy querida. Por otro lado, el duelo infantil debe tratarse de una forma muy especial, y más concretamente en caso del fallecimiento de los padres o de personas muy cercanas a su entorno: abuelos,hermanos, tíos, primos, amigos o profesores.
Este es un recurso que consideramos muy útil para que los niños puedan expresar lo que sienten de diferentes maneras. 
Para poder llegar a llevar a cabo esta actividad fue imprescindible buscar en nosotros mismos, y en pensar y encontrar las  maneras de "comunicarnos" con el ser querido que no está...pues, los adultos a veces hablamos con otros adultos para desahogarnos, con profesionales, o incluso les escribimos cartas. Aquí es donde nos dimos cuenta de la propuesta que queríamos llevar a cabo para tratar el duelo con los niños mediante esta idea, que esperamos que pueda ayudar a mas personas.
Para ello, solo tenemos que elaborar una cajita como un buzón y decorarla con la ayuda de los pequeños. Les explicaremos, que cuando sientan la necesidad de hablar con su ser querido, pueden hacerlo mediante este buzón, a través de una carta, un dibujo, un juguete, una flor, etc.

Otra opción,sería escribir un mensaje,dibujo,etc; meterlo dentro de un globo (biodegradable) y lanzarlo al cielo.


CUENTOS: Para acceder al cuento, haz clic sobre el título.


(Irémos actualizando la lista)

 DUELO EN EDADES TEMPRANAS
¿Cómo actuar con un niño que se encuentra en proceso de duelo?Es importante tratar de responder a todas sus preguntas, aunque sean difíciles para nosotros y/o no tengan una respuesta clara. Puede ser beneficioso hablarle de tus creencias espirituales y hacerle partícipe de los rituales que se están siguiendo en la familia de acuerdo con su edad.Los niños expresan el dolor a su manera y pueden tener lugar actitudes muy variadas, así que es fundamental tener paciencia y no juzgarles tanto si lo exteriorizan con rabietas como si se muestran aparentemente indiferentes a la situación.
Si necesitas llorar, hazlo. Ocultar tu dolor no es bueno para el niño. Sin embargo, sí es muy positivo compartir los sentimientos, exteriorizarlos y verbalizarlos.
Consejos para preparar a un niño para la pérdida de un ser querido:
  • Cuéntale la verdad: en caso de que el diagnóstico del médico sea claro y se prevea la pérdida de un ser querido en un periodo de tiempo determinado, conviene informar al menor sobre la verdad del asunto.
  • Diferencia entre enfermedades: explícale que solo las enfermedades graves son las responsables de una muerte en la inmensa mayoría de las ocasiones. Ten en cuenta que si un niño se queda con la idea de que su abuelo se murió por una enfermedad, por ejemplo, puede vivir con el miedo de que puede ocurrirle algo terrible cada vez que coja un simple resfriado.
  • Háblale de la nueva situación: cuando se trata del fallecimiento de una persona que está al cargo del niño, es bueno hablarle sobre los cambios que van a llegar a su vida a partir del momento de la pérdida: quién le cuidará, dónde va a vivir y cómo será su rutina diaria...
Por ejemplo, si se trata de un bebé de entre 1 y 3 años, y la persona fallecida no tenía una relación frecuente con él, puede que ni se percate de su ausencia. En cambio, la madre o el padre tienen que partir de este mundo demasiado pronto, el niño llorará constantemente por la sensación de abandono, sin entender qué ocurre. En ese caso, debes tratar de proporcionar el cariño y cuidados que aquella persona ofrecía al bebé y dejar que el tiempo haga su trabajo.
Entre los 4 y los 7 años, los niños entienden la muerte como algo casi mágico. En ocasiones, según sus creencias, pueden pensar que el fallecido regresará como un ángel o ser fantástico. Normalmente, hacen muchas preguntas de difícil respuesta, pero se debe contestar tan bien como se pueda. Puede que tengan comportamientos poco habituales en ellos, como hacerse pis en la cama, mostrarse indiferentes ante la pérdida o muy violentos. En ese caso, lo mejor es dejar que expresen lo que sienten, y que descarguen la rabia y tristeza con actividad física, o aquello que les vaya mejor.


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